La industria gasística rusa tiene planes ambiciosos: para 2030 la extracción casi se duplicará hasta un billón de metros cúbicos – dijo el vicepresidente de la Duma (Cámara de Diputados de Rusia) y presidente de la Sociedad Gasista Rusa, Valeri Yázev. Rusia tiene megaproyectos: la explotación de grandes yacimientos y el tendido de gasoductos transnacionales a Europa. Todos los aspectos de la cooperación en el sector energético son discutidos en Moscú por los participantes del foro internacional “Gas de Rusia-2011”.
Dicho foro es uno de los eventos más importantes del año para los representantes rusos y extranjeros del negocio gasista. Entre los participantes hay representantes de grandes actores mundiales del ramo. Es que en el mundo de nuestros días la seguridad energética global tiene enorme significado. Y Rusia como gran productor y proveedor de gas natural desempeña el papel clave en este proceso –señaló Valeri Yázev. Hoy Rusia es el socio principal de la Unión Europea en lo que se refiere a los suministros de gas. Los expertos prevén en el futuro un rebrote del consumo de gas. Para 2030 Rusia exportará casi la mitad del hidrocarburo para la UE.
Para que tal demanda cuente con oferta Rusia tiene megaproyectos: la explotación de grandes yacimientos, particularmente el de Stockman en la plataforma continental del mar de Barents en el Ártico. Según las previsiones, las reservas de gas en el norte de Rusia alcanzan para 90 años y más aún. Claro que no es fácil extraerlo. En el Ártico sin nuevas tecnologías no hay nada que hacer. Hoy Rusia está dispuesta a establecer para un determinado período impuestos ventajosos para las compañías que explotan yacimientos en la plataforma continental ártica – apuntó Valeri Yázev:
Es imposible en las difíciles condiciones naturales y climáticas poner en explotación los yacimientos de la plataforma continental ártica sin aliviar el fardo fiscal. Hay que bajar los impuestos a la extracción de minerales. Para los equipos, que no se fabrican en Rusia, se deben abolir completamente los aranceles de importación, ya que de otra manera no podremos construir complejos tecnológicos.
La vía más cómoda, barata y ecológica para el suministro del gas de los ricos yacimientos del norte de Rusia a los consumidores europeos ya ha sido tendida por el fondo del mar Báltico. Se trata del gasoducto Nord Stream. La primera rama del sistema transnacional de transporte de gas fue puesta en explotación la semana pasada.
Por otra parte, para una parte de los funcionarios europeos no sólo los nuevos gasoductos pueden garantizar la seguridad europea. El llamado tercer paquete energético se convirtió en un obstáculo en las relaciones entre Moscú y Bruselas. Las directivas de Bruselas demandas a las compañías extractoras de gas vender las tuberías por las que bombean el combustible. Rusia está categóricamente en contra. Y, al parecer, Bruselas últimamente se vuelve más condescendiente. En la ceremonia de apertura de Nord Stream, la canciller alemana Angela Merkel instó al Comisario europeo de Energía, Günther Oettinger, a hacer más comprensible la política energética de la UE para sus socios. La experta del Fondo de Seguridad Energética Nacional, Alexandra Pasechnik, opina:
Sabido es el que pool de accionistas de Nord Stream está compuesto por compañías francesas, alemanas y holandesas. Con la participación de esas compañías en el proyecto Rusia procura obtener condiciones óptimas para nivelar las cláusulas negativas del tercer paquete energético para el sistema de tuberías de Nort Stream. Tal como se sabe, Nord Stream se unirá en territorio de Alemania con dos gasoductos de tránsito alemanes, a saber: OPAL y NEL. OPAL ya ha sido construido y cuenta con suficientes argumentos para neutralizar el efecto del tercer paquete energético: el 75% de la potencia de la tubería se liberará de la influencia de las directivas de Bruselas.
Para garantizar las crecientes necesidades de agentes energéticos de los países de la UE, serán indispensables no sólo los actuales sistemas de transporte de gas, sino también los que están en proceso de construcción, por ejemplo South Stream, cuya puesta en explotación está planificada para 2015.
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