SANTO DOMINGO. Robinson Canó tiene una respuesta diplomática ante la pregunta sobre sus aspiraciones al premio Jugador Más Valioso de la Liga Americana. Pero no hay que insistir mucho en el diálogo para descubrir que el petromacorisano puede que no esté conciliando el sueño esperando el anuncio del próximo lunes.
"No te voy a decir que no. Para mí sería un gran sueño, es algo que dice que eres el mejor de la liga. ¿A quién no le gustaría ser el mejor? A mí me gustaría serlo. Si viene de este lado, gracias a Dios", dijo Canó, al girar una visita al ministro de Deportes, Felipe Payano.
El intermedista de los Yanquis tiene una enorme competencia para conquistar el premio con candidatos como Justin Verlander, Miguel Cabrera (Detroit), Jacoby Ellsbury, Adrian González, Dustin Pedroia (Boston), José Bautista (Toronto), Michael Young (Texas), Paul Konerko (Chicago) y su compañero Curtis Granderson.
"Me preguntó un periodista (en Nueva York) que por quién votaría para el MVP. Le pregunté que por quién votaría Barack Obama (en las elecciones). Cuando me preguntaron por qué, dije que los números (suyos) están ahí. Si me tiene como candidato es porque los números están ahí", dijo Canó ayer.
Canó, de 29 años, viene de lograr otra gran temporada, donde bateó para .302, disparó 28 jonrones y remolcó 118 carreras con los Yanquis, lo que le mereció ganar el Bate de Plata en el segundo cojín.
Ante la baja de Alex Rodríguez por lesiones, el bate de Canó fue determinante para que los Yanquis ganaran la División Este.
De cara a 2012
A 103 días de que se abra el campamento de los Yanquis en Tampa, Florida, las vacaciones de Canó ya terminaron.
Con US$14 millones ya garantizados para la próxima campaña, el fino bateador trabaja de 9:30 de la mañana a dos de la tarde con el ex jugador Luis Mercedes.
Canó realiza 150 swings, toma rodados, hace pesas y corre varios kilómetros de cara a la campaña que podría garantizarle un contrato que supere los US$100 millones.
En siete campañas con los Mulos del Bronx, Canó ha disparado 1,263 hits, 144 jonrones y batea para .308, además de una Serie Mundial (2009), un Guante de Oro (2010) y tres Bates de Plata (2006, 2010 y 2011).
A los siete años, su padre, el ex jugador José Canó, comenzó a enseñarle batear a la izquierda, dado que la mayor cantidad de lanzadores son derechos, lo que le ofrecería ciertas ventajas.
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